Héroes de la traducción bíblica

Fuente: Prensa Libre 02/10/2012 0 comentarios

Héroes de la traducción bíblica

SAMUEL BERBERIÁN 2 de octubre, 2012 “El pasar la poesía de una a otra lengua distinta, por mucho cuidado y habilidad que se ponga, jamás se llegará a entonar la poesía cual fue su nacimiento”. Cervantes. San Jerónimo falleció el 30 de septiembre del 420 d.C., en Belén, Israel, y en honor de él se eligió el día de su muerte como el del traductor y del intérprete bíblico, porque él tradujo La Vulgata del griego y del hebreo al latín, que era la lengua común de aquel entonces. Su obra se convirtió en el libro más leído y consultado en la humanidad, y hasta hoy es un documento para referencia de mucha traducción bíblica.

En 1967, el Senado de los Estados Unidos de América autorizó a su presidente proclamar el 30 de septiembre como el Día de la Traducción de la Biblia. Esta celebración en nuestra Guatemala toma una dimensión muy particular, por la diversidad lingüística que tenemos y la importancia que tiene para que la gente pueda leer la Biblia en su propia lengua y entenderla.

Hay una dimensión muy particular en esta tarea porque hombres y mujeres se dedican por tiempo extenso en lograr el trabajo, no solo en entender el documento, sino buscar la manera del cómo se puede verter en el otro idioma sin perder su sentido y contenido. Una vez terminado el trabajo, muy pocos entienden el costo y el esfuerzo invertido en una tarea tan difícil y complicada.

Lo más fácil para muchos es encontrarle las faltas de acierto en la traducción y con mucha ligereza desacreditan el trabajo, sea este porque no es de agrado o simplemente porque ellos creen que pueden hacer el trabajo con mejor calidad. Estos héroes silenciosos prefieren no entrar en discusiones improductivas y permitir que el texto se defienda por la lectura por aquellos que valoran el texto y el tenerlo en su propia lengua para poder fundar y transmitir su fe.

Hay una larga lista de hombres y mujeres que entretejen el cuadro de intérpretes, pero todo inició en nuestra tierra cuando un extranjero llegó a Guatemala para compartir el mensaje de cristiandad y compartir la Biblia, cuando un nativo enfrentando al mensajero le recriminó con una simple frase: “Si tu Dios es tan grande, ¿por qué no habla mi lengua?”. Esto dio el inicio del esfuerzo de traducción e interpretación en la diversidad idiomática que nuestro país tiene. Historias similares a estas se pueden escuchar alrededor del mundo en las diferentes culturas y expresiones idiomáticas.

Un cuadro muy típico de estos traductores es trabajar en condiciones muy limitadas, sea esta de espacio o bien recursos. Normalmente lo hacen en áreas rurales para asistirse por los lugareños para la tarea de traducción más correcta, a la que los que hablan el idioma lo ratifican, que es lo más correcto. El proceso es libro por libro, hasta llegar al final. Una vez traducida la Biblia, se somete a una serie de revisiones para llegar a una aprobación final antes que este llegue a la imprenta.

Esto refleja que la tarea de San Jerónimo, presentada en el inicio del cristianismo, todavía tiene relevancia y presenta retos que se deben enfrentar para alcanzar y suplir la necesidad que tantos tienen para comprender la Biblia, por encima de los críticos y sus opiniones.

Creo que en este día, cuando se evoca el día del traductor, expresemos nuestra gratitud y valoremos el trabajo de aquellos que en un encierro producen un trabajo tan valioso.

Prensa Libre


Comparte estas noticias cristianas.

0 comentarios hasta ahora

Escribe un comentario

Añada un comentario ¡Sus datos están protegidos! Su correo electrónico no será publicado. No compartimos la información de nuestros usuarios con terceros. Todos los campos son requeridos.