Testimonio: Abuelita Cuquita ya está en casa
por Universo Cristiano 28/03/2011 0 comentarios
Por Zabdiel Torres. El Señor Jesús sanó a mucha gente mientras estuvo en esta tierra. Dió vista a los ciegos, hizo caminar a los paralíticos, limpió la piel de leprosos, resucitó muertos. El entregó su vida en sustitución nuestra y su sangre fue derramada para pagar nuestros pecados y su cuerpo fue molido para darnos salud. Isaías dice: "por su llaga fuimos nosotros curados" (Is. 53:5). Él ya no está con los muertos, ni colgado en una cruz; Él vive hoy y sigue haciendo maravillas y quiere tener una relación personal con cada uno de nosotros.
Mi abuelita Cuquita es un testimonio de esas maravillas. La semana pasada comenzó a tener un severo dolor en su vientre. Los análisis de sangre decían que se trataba de una pancreatitis. El pronóstico de los médicos era muy pesimista. Dada su avanzada edad de 90 años, no podría soportar una cirugía que intentaría provocar la desinflamación del páncreas, además no era seguro que funcionara. De no intervenirla, según los médicos, solo quedaba suministrar medicamentos para el dolor y esperar a que muriera.
Oramos a Dios y pedimos su intervención. Ciertamente todos vamos a morir y Dios le ha concedido una larga y fructífera vida a mi abuelita, pero creemos que Dios ha destinado un momento glorioso en que estaremos por fin en su Presencia. Pedimos misericordia para ella, que Dios le concediera no morir en esas circunstancias y que la sanara para que su nombre fuera glorificado.
El fuerte dolor que no cedía, de repente cesó. Los médicos, aunque extrañados, se lo atribuían al medicamento. Le realizaron un ultrasonido y encontraron el páncreas de tamaño normal, pero detectaron un absceso detrás del hígado. Sabíamos que Dios estaba obrando. Uno de los médicos me dijo: "necesitamos hacerle una tomografía, el ultrasonido no es contundente". Gracias a Dios la tomografía no reveló ningún problema, ni siquiera reportó el supuesto absceso. Los médicos no se lo explican, todavía quieren hacerle una endoscopía para verlo con sus propios ojos. Hoy, mi abuelita está en su casa, agradecida por el cuidado que Dios siempre ha tenido de ella.
Dios sigue haciendo maravillas y sus ojos recorren la tierra en la búsqueda de hombres y mujeres que crean en Él para manifestar su poder en sus vidas: "Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él;" (2 Cr. 16:9). ¿Hay algo imposible para Dios? ¿Necesitas de su brazo de poder? Ven ahora al Señor, Él está a tu puerta, llamándote: "He aquí, yo estoy á la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré á él, y cenaré con él, y él conmigo" (Ap. 3:20).
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