Por Zabdiel Torres. La vida cristiana es excitante. Hace unos minutos vino una hermana a nuestra casa para testificarnos lo que Dios está obrando en su matrimonio. Después de muchos años de enredos, discusiones, crisis, y situaciones que los habían empujado hacia la separación definitva, el Señor les ha dado por fin verdadera libertad. Tanto ella como su marido han "vuelto en sí" como el hijo pródigo (Lc. 15:17), y se han dado cuenta cuán lejos estaban del plan de Dios para sus vidas. Las mentiras que el Enemigo había levantado como grandes fortalezas en sus mentes han sido derribadas por la verdad de la Escritura. Es un día de fiesta.
La raíz profunda de los problemas matrimoniales está en alejarnos de los mandamientos de Dios. La Escritura nos dice que los esposos debemos amar a nuestras esposas como Cristo amó a su Iglesia y dio su vida por ella (Ef. 5:25). Si el marido no está dispuesto a morir por su mujer tarde o temprano incurrirá en actitudes y acciones cuyo mensaje será recibido como un "no te amo", lesionando gravemente la unidad espiritual del matrimonio.
Por otra parte Dios pide a la mujer que honre a su marido como si se tratara del mismo Señor Jesucristo (Ef. 5:22). Cuando un hombre no recibe honra en su propia casa, es despojado de su fuerza vital para luchar por su esposa y su familia. Una y otra vez vemos matrimonios enfrascados en la mismo círculo vicioso: la mujer siente que su esposo no la ama y en el intento de hacer reaccionar a su marido, éste termina sintiéndose deshonrado. A su vez él cierra su corazón y pone una muralla, confirmando las sospechas de ella, quien termina concluyendo: "en efecto, no me ama" o peor aún: "nunca me amó".
Pero gracias a Dios que nos ha dado su Palabra, el manual de operación de la vida del ser humano. Las verdades de la Escritura son tan poderosas que ninguna filosofía, terapia o teoría acerca de la vida pueden alcanzar la misma bendición y cura para el alma. La tan añorada libertad que tanto persigue el hombre en las cosas de este mundo solo puede ser alcanzada en los mandamientos de la Palabra de Dios: "Y andaré en libertad, Porque busqué tus mandamientos" (Sal. 119:45). Si tan solo tuvieramos la suficiente fe para caminar en los principios divinos, nuestra vida sería tan diferente.
El camino por recorrer para esta pareja es aún largo y el proceso de restauración total quizá lleve algún tiempo. Muchas veces las deudas son tan grandes que no es posible saldarlas en una sola exposición. Requerirá de mucha oración y entrega constante a la voluntad del Señor. Pero el Enemigo fue herido de muerte cuando nuestro Señor murió en la cruz. Él ya nos dio la victoria y las puertas del infierno no prevalecerán jamás.
1 comentarios hasta ahora
Escribe un comentario¡Que bendición! oir los testimonios de lo que Dios esta haciendo a traves de tu vida, Zabdiel (el de tu abue y el de este matrimonio). Estaré orando para que Dios cumpla todos sus propositos en tu vida. Por cierto, hay un coro del Himnario que estas publicando en este portal, que quedaba muy a tono con el titulo de este testimonio (se llama igualito que el titulo del articulo)