El abatimiento de Bin Laden, ¿la solución?

por Universo Cristiano 03/05/2011 1 comentarios

Por Zabdiel Torres. Al ver las celebraciones en Estados Unidos por la muerte de Osama Bin Laden, y el júbilo con el que muchas personas, incluyendo el presidente de esa nación, se referían a la "caza del criminal" que el gobierno había realizado con éxito, me hizo reflexionar sobre si esta acción en verdad resolvería la vulnerabilidad de ese país en términos de seguridad y si en realidad es un paso a favor de la paz, como lo han planteado diferentes mandatarios de otros países que de inmediato felicitaron a Obama.

La satisfacción en el rostro del presidente Obama, al dar el anuncio oficial del abatimiento final de Bin Laden, fue evidente. Sin embargo, el problema de fondo no se ha resuelto y las consecuencias de esta decisión ya comenzaron.

Cuando se enfrenta un conflicto, tanto los individuos como las naciones, tienen tres opciones:

1) Escapar (paz falsa). Huir del conflicto podría proporcionar una aparente solución, pues trae una paz momentánea, aunque artificial, pues en realidad el problema persiste y normalmente con el tiempo se hará más grande y más difícil de resolver. Es una forma de negar el problema. El divorcio suele ser una forma de escapar de los conflictos de un matrimonio. Con la separación, quizás venga una paz momentánea, pero a la postre siempre regresan los dolores de cabeza. El suicido es el acto último para escapar de los conflictos.

3) Atacar (paz rota). Otra forma de "resolver" un conflicto es acabando de alguna manera con la amenaza que representa el adversario con el uso de la fuerza. Las demandas legales, el asalto y, en casos extremos, el asesinato, son formas muy comunes en nuestra sociedad actual para enfrentar los problemas. Romper definitivamente la paz tampoco es una solución real porque los problemas de fondo, los del corazón, persisten, aún tratándose del alma de una nación.

Éste es el camino seguido por el gobierno de Estados Unidos en relación a Bin Laden. Pero inmediatamente después del anuncio de su asesinato por las fuerzas militares, se estableció una alerta de seguridad en los aeropuertos por temor a replesalias, una alerta que ya había sido, si no olvidada, sí atenuada y que ahora regresa para inquietar la mente de los ciudadanos estadunidenses que ya habían dejado atrás la amenaza de un ataque terrorista. También ya comenzaron a publicarse en los medios protestas de musulmanes moderados --que también son ciudadanos estadunidenses y que con sus impuestos pagan la operación del gobierno-- que ven como una afrenta la celebración jubilosa de la muerte de un árabe, lo que seguramente repercutirá en nuevos resentimientos de grupos sociales y étnicos al interior de Estados Unidos. Romper la paz mediante el ataque (o contraataque) abre nuevas heridas, nunca resuelve los problemas de fondo y escalan a nuevas etapas de conflicto.

3) Por último tenemos la vía que el Señor nos señala. En Mt. 5:9, el Señor nos dice: "Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios". Jesús no nos pide huir de los conflictos, tampoco regresar el golpe, lo que nos pide es que seamos pacificadores, es decir que construyamos la paz (peacemakers). Que enfrentemos bíblicamente los conflictos para resolver los problemas de fondo. Esta vía es la única que garantiza una verdadera y duradera paz. Cuando, con la ayuda de Dios, conseguimos construir la paz con nuestros enemigos, entonces la gente a nuestro alrededor dirá: "en efecto, estos son otra clase de gente, en verdad son hijos de Dios".

Recuerdo la noticia de un hombre que irrumpió en una escuela primaria de una comunidad menonita y asesinó a sangre fría a varias niñas. El hombre se disparó antes de su captura. La nación entera estaba consternada. Pero el verdadero shock fue ver a los padres de esas inocentes pequeñitas visitar a la familia del asesino para externar su perdón, y compartir el mensaje de Salvación. Decenas de menonitas asistieron al funeral del asesino y un año después hicieron una contribución monetaria para ayudar a la viuda. Con estas acciones, ellos fueron libres de una amargura que nunca les habría dejado de haber escapado del conflicto o de haber exigido "justicia".

Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.


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  1. Angel Libertad
    Angel LibertadAutor 06/05/2011

    Estamos de acuerdo. La mente humana es dada siempre al mal. Es algo nato en nuestra genesis. No obstante, Jesus vino a curar ese desvario en el hombre, pero como dice la escritura, amaron mas las tinieblas que la luz. Asi que la euforia lo unico que hara es acelerar el colapso del mundo en lo espiritual y en lo economico. La planificacion ha sido orquestada por los grandes millonarios para unir a las naciones con una ola de terrorismo forzada y odio global contra judios y norteamericanos.

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