Por Mike Richardson. Muchos leyeron la aventura por la que pasamos al ir viajando por Ciudad Mier el domingo 15 de mayo del 2011. El lunes, Isaac y yo regresamos a Mier principalmente para hablar con el "Presidente". Yo quería hacerle saber que continuábamos orando por él y por su ciudad. También era mi deseo continuar hablando con él de Jesús y el trabajo completo que él hizo en la cruz por nosotros. Cruzamos Miguel Alemán alrededor de las 2:00 pm y continuamos hacia Ciudad Mier. Estas ciudades se encuentran a solo unos 15 kms. una de la otra, pero después de los eventos del domingo, parecía muy largo el viaje mientras transitábamos esa corta distancia. Cuando llegamos al Palacio Municipal, no estaba abandonada como lo estaba el domingo, pero había mucha menos actividad y gente que en otras ocasiones.
Después de estacionarnos, cruzamos caminando la plaza y llegamos hasta las oficinas. Ya eran las 3:30 PM y normalmente hay mucha actividad en esa oficina, con muchos empleados haciendo diversas tareas. Ahora había tres personas trabajando en la oficina. Ellos me dijeron que el presidente iba a estar ausente durante ese día. Uno de los hombres agregó que la mayoría de la gente comenzó a irse alrededor de las 3 de la tarde. Yo almacené es poca información a mi memoria, para usos futuros y entonces caminé de regreso a mi camioneta.
Mientras me sentaba en la camioneta evaluaba la situación. De verdad quería hablar con Alberto y hacerle saber que estábamos orando por él. Me sentía desilusionado. De pronto recordé que me había dado su número de celular. Entonces comencé a buscarlo, en mi maleta, entre mis papeles, finalmente saqué mi cartera. ¡Ahí estaba en una esquina!
Con emoción marqué el número. Nadie respondió.
Un poco después marqué de nuevo. Él respondió y me dijo que había estado en una junta antes y por eso no había podido contestar. Hablamos por unos momentos. Le hice saber que estamos orando por él (no mencioné los eventos del domingo, sentía que era innecesario abrumarlo con más situaciones dificultosas). Él pareció agradecer sinceramente la preocupación de los creyentes por él y por su ciudad.
Terminé nuestra conversación como generlmente lo hago, le recordé que si alguna vez hubiera alguna forma en que yo pudiera ayudar, solo tenía que decírmelo y si estaba en mis manos, lo haría.
Hasta ahora él nunca me había dicho de ninguna necesidad que nosotros pudiéramos suplir. Hoy fué diferente.
Me dijo que había un número de personas discapacitadas en la ciudad que necesitaban sillas de ruedas o caminadoras. Entonces agregó que "si tú y los hermanos" pudieran traer cinco o seis sillas de ruedas y caminadoras para ayudar a aquellos que no pueden moverse, entonces sería una GRAN ayuda para esos hombres y mujeres.
También mencionó que había alrededor de cien familias que estaban sin trabajo debido a la situación en la zona y que estaban teniendo dificultades para proveer suficiente alimento para estas familias. Recientemente leí en una publicación escrita por el gobierno de los Estados Unidos, que una familia promedio come alrededor de 12 kg. de comida por semana. Para cien familias se necesitarían alrededor de 1200 kg. de comida cada semana.
Le he estado pidiendo al Señor que abra una puerta en esta ciudad y creo que el Señor acaba de abrirla por completo y él usó 3 sencillas palabras: ¿cómo puedo ayudar?
Estaré regresando a Mier la primera semana de Junio. Ahora es mi oración que pueda regresar con al menos 5 sillas de ruedas de buena calidad, cinco caminadoras de buena calidad, varios juegos de muletas (en caso de que se necesiten) y no menos de 1200 kg. de comida de buena calidad para comidas bien balanceadas para estas familias.
Mateo 25:35-40
Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.
Cuando preguntamos usando estas 3 sencillas palabras "¿cómo puedo ayudar?" debemos estar listos para tomar la acción que se requiere para dar respuesta.
Mateo 25:45
Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.
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