Vidas Cambiadas

por Universo Cristiano 01/06/2011 1 comentarios

Por Mike Richardson. ¡La conferencia para educadores en el hogar en Guadalajara fue la segunda de cinco conferencias que tendremos este año! Gracias al arduo trabajo de nuestro coordinador local, Alberto Solano y su equipo, la primera conferencia en Guadalajara tuvo una excelente asistencia de casi 700 participantes registrados, pero esta estadística solamente cuenta una pequeña parte de la historia. Son contados los días en que uno no escucha, o lee algo, acerca de la continua violencia y conflictos dentro de las fronteras de México. Estas son historias reales que están afectando dramáticamente las vidas de muchas personas. No son exageraciones. La realidad es que hay muchos acontecimientos que ocurren, ¡y no son reportados!

Pero hay otra historia; una historia acerca de la cual no vas a leer ni escuchar en  CNN, FOX, ABC, o cualquiera de los otros medios informativos principales. Es la historia de personas reales que utilizan su tiempo, energía, y recursos para  alcanzar para Jesucristo a otras familias que hablan español, por todo el mundo, y para enseñarles acerca de los beneficios de la educación en el hogar.

Muchos de los desafíos para llevar a cabo un evento grande son los mismos sin importar el lugar en donde se va a celebrar, pero debo reconocer que algunas localidades presentan retos singulares. Se nos había informado que el templo que habíamos escogido para llevar a cabo la conferencia, tenía problemas serios de goteras cuando llovía. Cuando preguntamos en qué lugares estaban las goteras, para evitar poner mesas con libros en esas áreas, se nos dijo que las goteras ocurrían en todas las juntas del techo. ¡Las juntas estaban aproximadamente a cada 60 centímetros a todo lo largo del techo del edificio! Puesto que había trece casas editoriales y distribuidores de materiales educativos cristianos en español presentes en la conferencia, necesitábamos encontrar una solución para evitar el riesgo de daño a los libros y otros materiales. Después de evaluar todas las opciones, se decidió comprar 560 metros cuadrados de lona de uso rudo (el tipo que se usa para cubrir los remolques de los trailers) y colocarla sobre el techo del edificio.

Zabdiel Torres no solamente ha ayudado al ministerio a obtener una presencia muy visible por todo el mundo a través de una muy bien diseñada página en Internet sino que también continua evaluando y probando nuevas ideas. En esta conferencia probó la transmisión en vivo a través de Internet. Como solamente era una prueba, no se anunció ni promovió con anticipación. Se transmitió en nuestro portal y se mencionó en Facebook. ¡La transmisión de prueba fue observada por 154 personas las cuales lograron ver algunas de las sesiones de la conferencia vía Internet! ¡Esto equivale al 20% de la cantidad de personas que asistieron a las conferencias!

El equipo local hizo un magnífico trabajo al hacerse cargo de todos los detalles para lograr que esta fuera una conferencia inspiradora y bien organizada.  Su trabajo y sus vidas demostraron con toda claridad un corazón de siervo y un deseo de servir al Señor Jesucristo al servir a otras familias.

El servicio sacrificado del equipo no quedó sin recompensa, pues, muchos corazones y vidas fueron alcanzados en formas significativas.

Una mamá escribió que se había sentido desafiada a regresar a su casa y satisfacer las necesidades de su esposo e hijos. Ella luego agregó que había entendido, por primera vez, su necesidad de ser compasiva con sus vecinos y de procurar alcanzarlos para Cristo.

Puesto que nuestras conferencias están diseñadas para alcanzar familias, no solamente permitimos sino que alentamos a los padres a traer a sus hijos consigo para que también escuchen la enseñanza y disfruten de la comunión. El auditorio era amplio y proporcionó el espacio necesario para que todo el mundo pudiera relajarse y disfrutar de las sesiones, aunque el piso inclinado y la losa resbaladiza proporcionaron cierto desafío cuando las personas entraban y salían del edificio. Pienso que la perspectiva singular de uno de los padres fue muy interesante. Él dijo, “Disfruté viendo cómo los niños se divertían jugando con el piso, y además cómo convivían sin peleas unos con otros.” Cuando leí su comentario pensé, vaya, ¡qué hombre!  Vio a los niños deslizándose por ese piso inclinado y resbaladizo, y disfrutó verlos jugar. No los criticó a ellos ni a sus padres porque se estaban deslizando en el piso inclinado. Solamente se concentró en disfrutar de esos rostros infantiles felices y sonrientes. ¿Qué tan mejor no sería este mundo si más de nosotros siguiéramos su ejemplo; dejar de juzgar y criticar a otros y disfrutar de los placeres sencillos de la vida?

Cerca del final de las conferencias tres mujeres se acercaron a mi esposa para preguntarle si yo estaría dispuesto a platicar con su sobrino. Él era un joven de 25 años, miembro de uno de los carteles quien recientemente había sido herido en una balacera entre dos grupos rivales. Después de pensarlo, acordé verlo con la condición de que asistiera a la sesión final de la conferencia en donde yo iba a compartir. El tema que había preparado trataba acerca de cómo preparar a nuestros hijos para su destino eterno. Él vino a la sesión y escuchó con atención.

Después de la sesión él y yo nos sentamos y hablamos por largo tiempo. Tiene 25 años de edad, su padre, madre y hermano fueron secuestrados hace siete meses por un grupo rival. Hace menos de dos semanas se vio involucrado en una balacera con un grupo rival y resultó herido. Sus compañeros lo ayudaron a subir al auto y escapó. Se mudó a Guadalajara para recuperarse de su herida. Durante la  balacera él cargaba un AK 47. Expresó un fuerte deseo de regresar para “obligarlos” a decirle qué había pasado con sus padres.

Durante nuestra plática me hizo varias preguntas interesantes referentes al tema que acababa de compartir. Cuando le pregunté si estaba listo para convertirse en un seguidor de Jesucristo, me respondió que necesitaba hacerlo pero que primero necesitaba “echárselos.” Lo mire directo a los ojos y le dije, “Sabes bien que si regresas probablemente te maten. Pero aun si logras matarlos primero, lo más seguro es que sus compañeros te busquen hasta encontrarte y matarte. ¡De manera que morirás de una forma o de otra!”

Hablamos un poco más de tiempo y luego le pedí a un amigo que se uniera a la conversación. Alberto habló con él claramente acerca de su necesidad de un salvador. Una vez más reconoció que necesitaba al Señor pero alegó que no estaba listo. Finalmente decidí que ya era tiempo de terminar la conversación. Le dije que sabía que había venido conmigo porque estaba buscando algo. Enseguida agregue que él ya sabía lo que tenía que hacer pero ¡que no era lo suficientemente hombre para hacerlo! Él sabía que necesitaba humillarse delante de Dios y pedirle su perdón.

Pienso que se quedó pasmado cuando le dije que tenía miedo de arrepentirse porque al hacerlo podría llorar y él se creía demasiado fuerte como para llorar.

Después de esto le pregunté, “¿Quieres salir por esa puerta de la misma manera en la que entraste o quieres salir como un hombre nuevo, un hombre cambiado por Cristo?" Lentamente inclinó la cabeza y dijo que quería arreglar cuentas con Dios.

Alberto le hizo unas pocas preguntas más para asegurarse de que había comprendido plenamente y enseguida oró por él y luego le preguntó, “¿Estás listo para orar?” Él oró de corazón una oración de arrepentimiento confesando claramente sus pecados y pidiéndole a Dios que lo guiara, le diera sabiduría y dirigiera su vida en todo lo que hiciera. También pidió que Dios lo usara.

Se puso de pie siendo un hombre diferente; un hombre cambiado.

Alberto le preguntó que si alguien más le había hablado del Señor. Él mencionó a un pastor de la localidad que le había compartido anteriormente. Puesto que Alberto conocía a ese pastor, le sugerimos que fuera a buscarlo esa misma noche para comunicarle la decisión que había tomado respecto a Jesucristo.

Tenemos sus datos para contactarlo y él tiene los nuestros para que podamos dar seguimiento a su progreso.

Una persona involucrada en la maldad se arrepintió, ¡un pecador fue salvo!

Dios puede, y de hecho, cambia vidas.


1 comentarios hasta ahora

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  1. paydos
    paydosAutor 02/06/2011

    si me pudieran mandar, por favor, la conferencia en audio o video porque no pude asistir a las conferencias, gracias Dios los bendiga

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