Carta a mis hijos (lo que significa ser un buen padre)
por Universo Cristiano 16/06/2011 0 comentarios
Por Michael Pearl. Ahora quiero hablarles de lo que significa ser un buen padre. Mientras todavía estén jóvenes y solteros, sin hijos, hagan lo que hacen todas las criaturas del Señor: preparar el nido para cuando lleguen. NO ACEPTEN UNA ACTIVIDAD VOCACIONAL QUE LES IMPIDA SER UN BUEN PADRE. Escojan su oficio de tal manera que aporte al máximo al desempeño de su papel como padres. El padre que se deja absorber por el éxito en los negocios será un pésimo padre. Si ganaran todo el mundo y perdieran el alma de su hijo, ¿de qué les aprovecha? Algunos adictos al trabajo dicen que lo están haciendo por sus hijos --para proporcionar seguridad, una buena educación, etc. ¿A qué se debe que los hijos de padres que trabajan duro y siempre están ausentes nunca aprecian ese sacrificio, y hasta muestran desprecio por el éxito de su padre?
La razón es que a los hijos no se les engaña. Ellos entienden que la ausencia de su padre se debe a una falta de interés. Ellos consideran que su profesión tiene una motivación egoísta. Perciben que su padre deriva más satisfacción de su empleo que de la presencia con ellos. Sea cierto o no, el resultado es el mismo. El éxito profesional siempre pasa. Tus hijos serán eternos. La educación que necesitará tu hijo no se puede comprar en la universidad. Se adquiere por las largas horas que el padre invierte haciendo cosas con sus hijos.
El concepto de "tiempo de calidad" en oposición a la "cantidad" es un sedante para las conciencias de padres modernos absortos en sus intereses mundanos. Una hora programada de atención de tipo "clínico" convierte tu "tiempo de calidad" en poco menos que una cita de negocios --una sesión de terapia. Es irreal y pretencioso. La atención hipócrita a asuntos sin trascendencia abarata el compañerismo. El mejor tiempo que podrían pasar juntos es aquel que se invierte en las luchas reales para lograr metas en común. El niño desarrollará autoestima, no por ser el centro de la atención en conversaciones vacías, sino por la conquista de una necesidad en el mundo real --poner un buzón de correo, un tendendero, podar el pasto, partir leña, lavar ventanas, construir una casa para el perro, acompañar a papá a su trabajo para ser un ayudante de verdad.
En cuanto nazca su primer hijo, inicien su papel como padres. Releven a su cansada esposa por un par de horas, tomando al bebé y atendiendo todas sus necesidades. Cuando estén leyendo o descansando, acuesten al bebé en su regazo. Cuando yo era recién casado, esperaba que mi esposa fuera una super mujer. Pronto comprendí que si iba a soportar varios partos más y con buen ánimo, iba a necesitar mucho apoyo. Traten a su esposa como a una delicada flor y ella tendrá energías para ser una madre más dadivosa.
Estoy consciente de que ustedes, hijos, no necesitan dormir mucho. Sin embargo, si cada dos o tres años fueran sujetados a una cirugía mayor, se les extrajera un tumor de 12 kg. y le tuvieran que prestar su cuerpo a un lechero, también requerirían más descanso. Permitan que su esposa duerma un poco más que ustedes, y ella será mucho más eficiente.
Un principio importante que hay que recordar es que mientras más tiempo inviertan haciendo cosas juntos, menos problemas de disciplina tendrán. El hijo que adora a su padre deseará agradarle en todo lo que haga. UN HIJO NO SE PUEDE REBELAR CONTRA SU MEJOR AMIGO. Cuando tengan la edad para ver las imágenes en un libro, pasen tiempo dándole vueltas a las páginas con ellos. Cuando tengan edad para entender, empiecen a leerles o contarles historias bíblicas. En el transcurso del día, en forma natural, platíquenles acerca de nuestro Padre celestial. Examinen juntos la naturaleza como una creación sabia de un Dios magnificente.
No aplacen el momento para actuar como padres. Cada día que ellos crezcan sin ustedes serán como una mata de tomate que crece sin guía. Se extiende sin rumbo. Salen las hierbas donde no se pueden sacar. Los tomates se darán sobre el suelo donde se pudrirán.
El padre que está "presente", siempre involucrado en la vida de su hijo, conocerá su pulso. SI ELOGIAN Y PREMIAN LA CONDUCTA DESEADA, HABRÁ MUY POCA CONDUCTA INDESEABLE. Estarán pronunciando cincuenta palabras de aliento por cada reprensión.
Pero, no sean víctimas del sustituto psicológico moderno: descuidar al niños y luego entrar corriendo a decirle algo positivo. Es artificial y es lisonja. Los comentarios positivos que no son merecidos por esfuerzos legítimos son destructivos. EL NIÑO DEBE SABER QUE SE HA GANADO CADA ELGOIO QUE RECIBA. Los elogios que no se basan en esfuerzos meritorios son tan injustos como el castigo administrado sin provocación. Enseñará una mentira en el sentido de que invierte la realidad.
No existe ningún sustituto para una presencia real y auténtica. Si tu hijo no está haciendo nada digno de elogio, tómalo de la mano y permite que camine contigo hasta que sí haga algo digno. Los niños abandonados se convierten en niños rechazados. El niño necesita a su padre como una planta necesita la luz para crecer sano. No basta la luz del relámpago o el destello. SE REQUIERE LA ILUMINACIÓN ESTABLE Y PERMANENTE DE LA PRESENCIA DEL PADRE.
Extracto del libro Para entrenar a un niño de Michael y Debi Pearl de venta en AMAZON y Christian Book (haga click en el título del libro para comprarlo en línea):
![]() | Para Entrenar a un Nino, To Train Up a Child By Michael Pearl / Carpenters |
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