Kirk Cameron defiende la teología antibíblica del aniquilacionismo.

ESTADOS UNIDOS, 17 de diciembre de 2025. El actor y celebridad cristiana Kirk Cameron sugirió en su reciente podcast que el infierno no es eterno, lo que se aleja de la postura sostenida históricamente de un castigo eterno para quienes no confían en Cristo, según informa The Christian Post.

En su podcast, Cameron dijo: “El juicio eterno o el castigo eterno no significa necesariamente que seamos atormentados y castigados por los siglos de los siglos, a cada momento por la eternidad. Significa que el castigo que merecemos es irreversible. Es permanente; es eterno. Estás muerto. Has sido destruido. Has perecido. Te has ido y nunca volverás”.

Esta postura teológica se llama aniquilacionismo, una creencia que afirma que todos los humanos y ángeles caídos condenados, incluyendo demonios y Satanás, serán totalmente destruidos y su conciencia extinguida.

Cameron añadió: “De hecho, creo que este es un muy buen argumento a favor del aniquilacionismo. Solo porque los justos van a la vida eterna, que es el don de Dios, no que a los malvados se les conceda una eternidad de castigo. El castigo de los malvados es definitivo. Es irreversible”.

El reverendo Al Mohler, presidente del Seminario Teológico Bautista del Sur en Louisville, Kentucky, calificó la admisión de “triste”. Y, en sus palabras: “La admonición de confesar a Cristo o arriesgarse a la inexistencia simplemente no pasa la prueba del Nuevo Testamento, y hay una buena razón por la que tampoco funciona en un sermón. Hay muy poco en juego, y el fuego del infierno no tiene consecuencias eternas”.

En el juicio final, como está registrado en Mateo 25: 41-43, Jesús dijo a los de su izquierda: «Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. … E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna».