Medidas contra la influenza en México: Establece la Ley del Espíritu de Vida

Estimado hermano, a través de la historia y después de la caída, (después de haberse separado de Dios); el hombre ha sufrido de múltiples pestes, plagas y enfermedades incurables que están escritas en la Biblia. Tenemos que entender claramente que estas, no son producto de la casualidad sino de acuerdo a lo que dice Deuteronomio 28.15, 22, 27, 29, 35, 61. Toda enfermedad, toda dolencia, toda plaga y peste es una maldición de la Ley que a pesar de los avances científicos y médicos muchas veces no se pueden erradicar.

Si entendemos los informes de los científicos, estas plagas provienen de bacterias o virus que son mutantes es decir que tienen vida en sí mismos y cambian su estructura para defenderse de los antibióticos y antivirales para seguir ofendiendo y matando a la raza humana.

¿De donde proviene esta vida, esta capacidad inteligente de transformarse, inmunizarse y así defenderse? Debemos entender que todo esto es espiritual y que solo a través de la Palabra de Dios tenemos la solución para ir en contra de este sistema de muerte.

Romanos 8.2 dice: Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.

Este verso de la Escritura explica las dos leyes básicas que operan en el mundo: La ley del Espíritu de Vida "en Cristo Jesús" y la ley del pecado y de la muerte, "en satanás." Una ley es un principio establecido, y usted puede depender de una de esas leyes, y operar igualmente todas las veces.

Estas dos leyes son recíprocas y además son espirituales. La palabra recíproco significa correspondiente, pero en reversa o en sentido inverso, opuesto exactamente a si mismo. El comprender este principio de los "recíprocos" permite entender como opera satanás.

Satanás es un ángel caído. Como todos los seres angelicales no tiene poder creador, no puede crear solo puede destruir. Él puede obrar con cosas ya creadas, y está limitado a las fuerzas de este mundo. Si de él saliera algo original seria una verdad, y Jesús dice que satanás es el padre de mentira, es un engañador, y no hay verdad alguna en él. Juan 8.44. El diablo recibió de Adán, la autoridad sobre las leyes espirituales en la tierra y dominio sobre los animales, plantas, virus, bacterias, gérmenes, etc., los cuales maneja a través de esa autoridad conferida.

De ahí la capacidad de estos virus y bacterias de mutarse, transformarse, como habíamos dicho anteriormente. Ahora podemos entender que el diablo no es capaz de crear nada, solo pervirtió las leyes ya establecidas. Por consiguiente podemos definir que la enfermedad es la sanidad pervertida, el odio es el amor pervertido, el temor es la fe pervertida.

Hay una promesa en la Palabra de Dios que vence sobre cada obstáculo que satanás pueda lanzar sobre su camino. No hay nada en todo el arsenal de trucos de satanás, que la Palabra no pueda vencer. Al conocer el principio de los "recíprocos" y como operan, usted puede lograr que satanás, que toda plaga, peste, enfermedad, y dolencia se mantengan fuera de usted y su familia.

La fuerza que conocemos como enfermedad fue originalmente la sanidad que tenia Adán, y que hacia que su cuerpo viviera eternamente; pero cuando obró contra la Palabra de Dios, recibió la muerte espiritual (en su espíritu). Mientras Adán obedeció, vivió.

Las manifestaciones de la enfermedad no vinieron a la tierra hasta que la ley del pecado y de la muerte fue puesta en acción. ¡PERO GLORIA A DIOS, TENEMOS UN SALVADOR, UN SANADOR, UN PROTECTOR que vino y pagó un precio doble!: JESUCRISTO no solo vino a destruir las obras del diablo, sino también a librarnos del temor a la muerte y de la esclavitud que esto trae.

Hebreos 2.14-15 dice: Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, 15y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.

Jesús vino por 2 razones: A paralizar a satanás y lo que está bajo su autoridad, y a librar a quienes por el temor de la muerte estábamos sujetos a esclavitud. Esto es una verdad establecida en el cielo y en el infierno, pero para que sea real en tu vida, ¡TÚ TIENES QUE ESTABLECERLA!, creyéndola en tu corazón, y declarándola con tu boca sobre ti mismo, sobre tu familia, tu trabajo, ministerio, etc.

Dios solo opera a través del Espíritu de Vida en Cristo Jesús, que es su Palabra y su Verdad. Por eso en Proverbios 4.20-22 te habla a ti que eres su hijo y has nacido de nuevo, tú que estás inscrito en el Libro de la Vida, que has sido lavado por la sangre preciosa de Jesucristo, que eres un hombre o mujer de Pacto.

Proverbios 4.20-22 Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones. 21 No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón; 22 Porque son vida a los que las hallan, Y medicina a todo su cuerpo.

Hermano, decide hoy creerle a Dios, proclama su Palabra, clama al Pacto de Vida y establece la Ley del Espíritu de Vida en Cristo Jesús.

OREMOS: Padre vengo a ti en el Nombre precioso de tu Hijo Jesús, se que a través de ese Nombre se abren los cielos y puedo entrar a tu presencia. Por tanto clamo al Pacto de Vida Eterna sellado por la sangre preciosa de Jesucristo, y ahora sé que puedo declarar tu Palabra para establecerla en mi vida y en mi familia, en mi cuerpo y en mi mente.

Hoy declaro que toda enfermedad, plaga, peste, virus, etc., son una maldición. Pero de acuerdo a Gálatas 3.13, Cristo me redimió de la maldición de la Ley hecho por mi maldición.

Hoy también declaro lo que dice tu Palabra en el Salmo 91, que tu me libraras del lazo del cazador y de la pestilencia mortal, me cubrirás con tus plumas y no temeré terror nocturno ni pestilencia que aceche en la oscuridad, ni destrucción y muerte repentinas, que sorprendan y arrasen a plena luz del día. Puede que mil caigan a mi lado y diez mil a mi mano derecha, pero ni a mi ni a mi familia, ni a mis seres queridos, ni a los que dependen de mi, les llegarán. Seremos simplemente espectadores porque en el lugar secreto del Altísimo seremos inalcanzables.

¡Escucha bien satanás, soy inalcanzable, no puedes tocarme de ninguna manera, ni a mí, ni a mi familia en el NOMBRE PODEROSO DE JESÚS!

Sirviendo al Rey, Cristo Jesús

Arq. Gabriel Acero