El Príncipe Alberto II veta la legalización del aborto en Mónaco

Fuente: LiveAction 28/11/2025 0 comentarios

El Príncipe Alberto II veta la legalización del aborto en Mónaco

MÓNACO, 28 de noviembre de 2025. El Príncipe Alberto II de Mónaco ha declarado que los niños no nacidos seguirán estando ampliamente protegidos del aborto en la ciudad-estado soberana, haciendo referencia al importante papel de la fe católica en el principado.

El Príncipe Alberto II alegó la herencia católica de Mónaco como la explicación de su reciente veto a un proyecto de ley que intentaba legalizar y ampliar el acceso al aborto en el principado.

El proyecto de ley habría ampliado las posibilidades de aborto y reducido la edad de consentimiento parental para menores.

La Iglesia Católica siempre ha sostenido que la vida humana debe ser respetada y protegida desde el momento de la concepción, y que el homicidio intencional mediante aborto es un mal intrínseco.

Durante una entrevista concedida a Monaco-Matin antes del Día Nacional del país, el Príncipe Alberto II se hizo eco de la oposición del Gobierno a la legalización del aborto. Las leyes actuales de Mónaco sobre el aborto se encuentran entre las más protectoras de los niños no nacidos de Europa; recientemente vetó un proyecto de ley que intentaba legalizar el aborto hasta las 12 semanas de embarazo. De haberse aprobado el proyecto de ley, se habría legalizado el aborto voluntario hasta las 12 semanas, y ampliado el límite de aborto a 16 semanas en casos de violación y reducido la edad de consentimiento parental de 18 a 15 años.

El Príncipe Alberto II señaló que las leyes provida actuales de Mónaco reflejan la identidad católica y los principios morales del principado. Según el Monaco Tribune:

"Entiendo lo delicado que es este tema y la emoción que puede suscitar", declaró el Soberano, justificando su postura con referencia al "lugar que ocupa la religión católica en nuestro país".

El Jefe de Estado cree que "el marco actual respeta nuestra identidad", en referencia a los avances legislativos de 2009 y 2019 que establecieron "un equilibrio respetuoso con nuestra identidad fundamental".

 

Actualmente, el aborto en Mónaco sigue siendo ilegal, aunque el procedimiento está despenalizado desde 2019 y permitido en ciertos casos desde el 8 de abril de 2009, concretamente en casos de malformación fetal grave, violación y riesgo mortal para la madre (aunque matar intencionalmente a un feto no es médicamente necesario).

Durante décadas, antes de 2009, el Principado mantuvo una de las leyes más restrictivas de Europa, prohibiendo el aborto en cualquier circunstancia. Las mujeres que se sometían al procedimiento se arriesgaban a penas de hasta tres años de prisión, los médicos a hasta cinco años y la pérdida de su licencia para ejercer.

Hoy en día, aunque sigue siendo ilegal en Mónaco, el aborto no se persigue si se realiza en el extranjero, especialmente en Francia, donde es legal.

La Constitución de Mónaco reconoce el catolicismo como religión de Estado. La Iglesia Católica siempre ha sostenido que toda vida humana es sagrada y, por lo tanto, no puede ser interrumpida voluntariamente por medios artificiales como el aborto. El mal intrínseco del aborto directo es una doctrina constante e inmutable.

Además, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe (antes la Congregación) ha mantenido constantemente que la vida humana debe ser respetada y salvaguardada desde el momento de la concepción, y que el aborto directo constituye una grave violación de la dignidad humana y una grave infracción de la ley moral. Ante esta realidad, la negativa del Príncipe Alberto II a legalizar el aborto se explica por su lealtad al catolicismo, dando un buen ejemplo al resto de Europa y al mundo de que su principado valora la protección de las vidas de los no nacidos, así como por el hecho de que el aborto no es una mera decisión individual, sino un asunto de gran importancia moral y para la civilización.

La negativa del Príncipe Alberto II a legalizar el aborto reafirma la identidad de Mónaco como una zona con profundas raíces en los valores católicos, comprometida con la defensa de la vida desde la concepción.

En lugar de modificar sus leyes para alinearse con las tendencias europeas más amplias de promoción del aborto, Mónaco, bajo el Príncipe Alberto II, ha optado por mantener sus leyes provida y, en cambio, ofrecer apoyo a las mujeres vulnerables dentro de los marcos legales vigentes, reflejando la premisa fundamental de que toda vida humana, nacida o no nacida, merece protección.


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